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No te entiendo wayki Vizcarra: Ñokapis kany peruana

Para un pueblo calmado y controlado, es necesaria una estrategia de comunicación rural localizada, simple y persuasiva, que pueda ser comprendida por todos los peruanos y peruanas.

Verónica Gavidia

Publicado: 2020-05-01

Mi experiencia hospedándome en poblaciones indígenas comenzó en el 2010 en Pucallpa, pero fue hasta el 2019 que tuve la oportunidad de vivir en una zona rural del Perú: Urubamba.  

Mi casa no tiene dirección, tampoco llega el internet alámbrico, no existe ni delivery ni Uber, la luz se va de vez en cuando y otros detalles que parecen cosas del pasado y a las cuales no es tan fácil acostumbrarse cuando se viene del confort limeño. Sin embargo, se comienza el día con la maravillosa vista a un majestuoso Apu (montaña en quechua), los cantos de los pajaritos, y el sol serrano que golpea fuerte -sin sombra de contaminación- y que bloqueamos con un gran sombrero o un buen bloqueador en crema.

Mis vecinos hablan quechua y español: los niños generalmente hablan español y los ancianos generalmente hablan quechua, entre ellos usan lo que yo llamaría quechuañol.

Entre las tantas cosas que me llaman la atención de lo diferente que es la vida en las zonas rurales, percibo que el tipo de comprensión de ciertos hechos son relativos a las costumbres y la cultura que nos separan, por lo que no entendemos los mismo hechos de la misma manera. Para ellos la cosmovisión andina aún tiene un rol muy importante en su día a día, los valores y la perspectiva del mundo no son los mismos respecto a las zonas urbanas.

Esta introducción me lleva a reflexionar: ¿Comprende el Perú rural las indicaciones del presidente y las explicaciones técnicas de los ministros? ¿Llega a ser la comunicación política simple y persuasiva para lograr la obediencia y la calma en poblaciones con una visión distinta del mundo?

Para un pueblo calmado y controlado son necesarias explicaciones que puedan llegar a ser comprendidas por todos los peruanos. Convivimos en un país donde, para que sea eficiente, la comunicación política debe tomar en cuenta las grandes diferencias entre ciudadanos.

La situación que vivimos hoy en día exige responsabilidad personal, un sentido del deber y preocupación en el prójimo: valores que no están instaurados en la sociedad peruana. Además, la fuerte informalidad, la desesperación, la corrupción y la educación tampoco ayudan a cumplir la meta del gobierno en cuanto a contender la difusión del virus a través de la distancia social.

La mayor parte de los peruanos no tienen claro las medidas que está tomando el gobierno para sacarlos de la miseria, porque, entre la infinidad de opiniones que se escuchan sobre todos los temas habidos y por haber relacionados al COVID19, las medidas comunicadas por el Gobierno se han implementado mínimamente y con fuertes retrasos. A esto se le agrega la desconfianza hacia los líderes políticos, los casos de corrupción y el recuerdo de promesas incumplidas.

En este sentido, la confianza en el Gobierno también es una gran variable para entender cómo prevenir ciertos posibles disturbios. Según el International Crisis Group, además de los problemas institucionales, puede ser difícil persuadir a la población que tiene poca confianza en el gobierno o en los líderes políticos para que acaten las directivas de salud pública.

Respecto al COVID19, el poco presupuesto ejecutado en regiones muestra un gran problema que no ha sido resuelto: las personas que tienen contacto directo con el ciudadano carecen de capacidad de gestión debido a que el proceso de descentralización de recursos financieros no ha sido acompañado de un proceso de descentralización de personal capacitado. Y, por su parte, los pocos individuos que representan a la población rural, cuando llegan a sentarse en curules o cargos en la capital, se “desconectan” de las necesidades y costumbres de sus propias zonas de origen porque no hay mecanismos de rendición de cuentas u organizaciones partidarias que exijan resultados.

En otras palabras, existe una seria falta de capacidades comunicativas del Estado que impide llegar eficientemente a todos los ciudadanos en búsqueda del bien común y la obediencia. Una comunicación política intercultural, simple y persuasiva es necesaria para afrontar el COVID19 en modo eficiente.

Es importante mencionar que este tema debe ser priorizado inmediatamente, debido a que el área rural puede ser fuertemente afectada por el COVID19 por varios motivos: En primer lugar, la respuesta a la fecha ha sido predominantemente urbana, concentrada en hospitales de alta tecnología, desde el diagnóstico al tratamiento; en segundo lugar, la estructura de edades de la población rural es más envejecida que la urbana; en tercer lugar, en el área rural muchas familias carecen de servicio de agua y saneamiento; y, finalmente, se pone en riesgo la seguridad alimentaria porque son los agricultores rurales quienes producen nuestros alimentos.

Es indispensable implementar una estrategia de comunicación en quechua, aimara u otras lenguas nativas a través de la radio local, considerando que ningún medio de comunicación ubicado en Lima tiene más poder en la población que su radio local. Debe ser una estrategia a nivel LOCAL porque cada localidad del Perú es diferente y tiene sus propios líderes de opinión, con sus propias lenguas y sus propios matices de la visión del mundo. El medio utilizado debe explicar las medidas que está tomando el Gobierno mediante una comunicación simple que pueda ser recibida por la gran parte de connacionales. Porque para calmar a un pueblo en desgracia, son necesarias explicaciones. Particularmente porque la historia política de nuestro país ha reflejado corrupción y abusos que siguen en las mentes de las personas.

El hambre, la confusión y el sentimiento de injusticia puede terminar en un gran caos. Por lo que la adecuada comunicación busca evitar el surgimiento de un escenario de desobediencia de tal magnitud que lleve a la actuación de las fuerzas armadas originando un estallido social.

Para lograr este objetivo es indispensable entender al Perú rural. Es necesaria una verdadera articulación entre los sectores y niveles de gobierno, así como hacer uso de la legislación correspondiente para usar los medios de comunicación y apoyarse en el trabajo de las empresas para llegar a todas las zonas del país. A corto plazo, es indispensable la actuación inmediata de los gobiernos locales y regionales, empezando con la traducción de los mensajes predominantemente tecnocráticos.


Escrito por

Verónica Gavidia

Gestora Pública. Socióloga y empresaria. Reflexiono sobre política, sociedad y economía. Curiosa del mundo y amante de la naturaleza.


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